COYUNTURA DE LA AUSENCIA
Chiara Apostolo
Coyuntura de la ausencia
El tiempo como materialidad y el quiebre como procedimiento artístico
Fundamentación
El trabajo de graduación presente correspondiente a la Licenciatura en Artes Plásticas con orientación en Grabado y Arte impreso, desarrolla una producción plástica en relación con el tema: El tiempo como materialidad y el quiebre como procedimiento artístico. Entendiendo la producción y su materialidad como espacio de investigación sobre las formas del arte y sus modos posibles en torno a la representación de realidades ficcionales.
Coyuntura de la Ausencia presenta objetos y elementos que dialogan entre sí a través de operaciones formales y estrategias de montaje que posibilitan la construcción de imágenes y situaciones ficcionales. Las características que vinculan a estos elementos y objetos es su uso cotidiano, lo íntimo y lo personal. Fueron recolectados en lugares y sitios que he habitado, pertenecen o pertenecieron a mi entorno más cercano, y cargan de manera intrínseca con recuerdos, momentos e historias. En relación con los objetos se aborda el quiebre como procedimiento artístico, lo cual supone transformaciones en su estructura y estados producto de una acción concreta. Y son estas transformaciones las que elijo destacar en este trabajo, las cuales no se limitan a un rompimiento en las formas visibles sino que también comprenden sus historias y temporalidades constituyendo significaciones a través de su inscripción en la memoria. En este sentido se aborda el tiempo en relación con las representaciones ficcionales considerando que: “Una imagen se torna eficaz cuando su propia materialidad no sólo acompaña sino también construye sentido” (Siracusano, 2008). Es de esta manera que podemos apropiarnos de lo que fue, permitiéndonos recrear y reinventar el presente.
Tiempo y quiebre
(...) ¿Qué es, pues, el tiempo? ¿Quién podrá explicar esto fácil y brevemente? ¿Quién podrá comprenderlo con el pensamiento, para hablar luego de él? Y, sin embargo, ¿qué cosa más familiar y conocida mentamos en nuestras conversaciones que el tiempo? Y cuando hablamos de él, sabemos sin duda qué es, cómo sabemos o entendemos lo que es cuando lo oímos pronunciar a otro. ¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría tiempo presente. (…) (De Hipona, 398 [2008], pp. 86).
Intentar definir y buscar respuestas ante la pregunta ¿Qué es el tiempo? fue y es una de las cuestiones más complejas de preguntar y entender para las personas. El tiempo puede definirse de forma general como la duración de acontecimientos que se encuentran sujetos al cambio. Este es un concepto amplio y variable que se aplica en diversos contextos y disciplinas desde el arte, la religión, la física, la filosofía, la sociología, entre otras. Siguiendo la teoría Kantiana podemos entender al tiempo como una forma de intuir lo acontecido. Dicha virtud le pertenece exclusivamente a las personas y dentro de esta concepción el tiempo no está relacionado con el movimiento ni con lo externo a las personas, si no con una cuestión interior y personal que permite organizar las experiencias cotidianas.
Este trabajo recupera los aportes teóricos desarrollados por Didi Huberman (2011) que piensa las imágenes en relación con la historia y la memoria. Mediante una perspectiva que considera el tiempo desde su condición ubicua y paradojal, lo cual rompe con la noción de un tiempo homogéneo. De esta manera el autor afirma: “(...) la multiplicidad de las líneas de temporalidades, de los sentidos mismos de tiempos incluidos en un mismo tiempo es la condición del hacer histórico” (p. 55)
De allí es posible advertir la condición de materialidad del tiempo que le otorga ciertas condiciones a la historia. Para que haya historia tiene que haber tiempo, y no se reduce a uno sino que son múltiples y relacionales. Huberman reconceptualiza el tiempo a partir de la idea de anacronismo a través de la cual da cuenta de cómo el pasado y el presente se modifican e interactúan constantemente, entendiendo al pasado como factor constructor del presente. Afirma:
(...) se dice que hacer la historia es no hacer anacronismo; pero también se dice que remontarse hacia el pasado no se hace más que con nuestros actos de conocimiento que están en el presente. (p. 55)
En esta línea podemos decir que el quiebre como procedimiento artístico propone un modo posible de operar sobre objetos y elementos del entorno cotidiano. Este procedimiento artístico abordado como productor de obra conlleva una acción y un efecto que impacta sobre la forma de las piezas quebrándolas o rompiendolas, lo cual carece de la posibilidad de volver atrás. Esto se vincula con la idea de un tiempo pasado y un tiempo presente, un antes y un después, producto de una acción concreta que pone de manifiesto un cambio en el estado de los objetos. Es en este sentido que entendemos a la coyuntura como las circunstancias que repercuten en un tiempo determinado marcado en este caso por la acción de romper dichos objetos y elementos, lo cual produce en consecuencia la ausencia de aquello que fue y da lugar a algo nuevo en el presente con la carga del pasado.
De esta forma estos conceptos de ausencia, de algo que ya no es son los que operan a modo de poética en esta producción y con los que a su vez se intenta interpelar al público para que pongan en manifiesto su imaginación. En vinculación con lo planteado pueden retomarse las palabras de Benjamin (1982) quien afirma que:
No es que lo pasado arroje luz sobre lo presente, o lo presente sobre lo pasado, sino que imagen es aquello en donde lo que ha sido se une como un relámpago al ahora en una constelación. (p. 464)
Referentes
Lo planteado anteriormente en relación al tiempo como materialidad y el quiebre como procedimiento artístico puede vincularse en gran parte al cuerpo de obras de Liliana Porter, ya sea desde la materialidad como así también desde la parte conceptual del espacio – tiempo y el lugar que ocupa el público en la experiencia frente a ellas.
En la obra “El hombre con el hacha” (2013) Porter trabaja y compone con elementos y figuras que tienen lugar en la vida cotidiana insertándolos en un nuevo mundo ficcional basado en representaciones que la artista y/o productora recrea en muchas ocasiones de una forma lúdica, y hasta humorística a través de sus instalaciones. De este trabajo retomo la relación que se establece entre los objetos desde el montaje de escenas ficcionales en el espacio-tiempo.
Dentro de estas representaciones, los elementos y figuras interactúan y generan un diálogo con personajes diminutos quienes pasan a ser protagonistas y parte fundamental de las mismas, como puede verse por ejemplo en la obra “El hombre con el hacha”.
Hombre con el hacha (2013) Liliana Porter
Dice Graciela Speranza (2013):
...Pero ¿Por qué El hombre con el hacha quiere hacer añicos el bric-à-brac que Porter ha reunido pacientemente durante años? Si lo que enfrenta con el hacha es el pasado ¿Que destruye? ¿Piensa que la memoria es un vaciadero de basura, como Funes, y quiere que lo trabaje el olvido? ¿O es Porter la que destruye? La verdadera pasión del coleccionista, dice Benjamin, es anárquica, destructiva: combina la fidelidad al objeto único con su protesta porfiada y subversiva contra lo clasificable, lo típico. Pero entonces ¿por qué destruir también sus objetos únicos?...(p. 15)
De esta forma podría decirse que el hombre con el hacha destruye y Porter compone y reconstruye un tiempo incierto en el aquí y ahora. Otorgándole al público el poder de recodificar la realidad, a partir de la experiencia y de la memoria
Desarrollos conceptuales de la realización
1. Recolección, selección y quiebre
Este trabajo tuvo origen a partir de la recolección y selección y/o búsqueda de objetos, elementos y materiales que tienen como característica su uso cotidiano, lo íntimo y lo personal. Dicha recolección de objetos y elementos está arraigada a lugares, historias, momentos, recuerdos y personas de mi entorno más cercano y por lo tanto a un tiempo pasado.
En cuanto a la selección de estos objetos para la producción de este trabajo fue regida en la intencionalidad de potenciar estas raíces existentes entre los lugares, historia, momentos, recuerdos y tiempo que cargan los mismos.
A su vez, a través de la acción de quebrar estos objetos y elementos previamente recolectados y seleccionados se posibilitó una manera de destrucción y reconstrucción de los mismos a partir del pegado y unión de las piezas y de distintos elementos entre sí . De esta manera se entiende este quiebre y/o dicha acción como procedimiento artístico y como modo de transformación en sus estructuras, estados, historias y estéticas, marcando un antes y un después.
2. Montaje y resignificación
La construcción de escenas ficcionales del que se vale este trabajo tiene como recurso técnico el montaje, el cual posibilita crear relaciones y nuevas maneras de hacer visibles vínculos con objetos que en si no tienen relación. Con respecto al montaje podemos hacer referencia a lo que plantea Pablo León (2015):
La única pauta o requisito del montaje es la de componer con partes, piezas o módulos de existencia previa a la configuración definitiva. Es así que estos módulos, segmentos, elementos, piezas o partes podrían estar incluso hechos hasta por nosotros mismos, pero con antelación al trabajo final. También podrían estar hechos por otros o simplemente podrían ser seleccionados o hallados de nuestro entorno inmediato o natural (p. 35)
En esta línea es posible agregar lo que enuncia Alejandra Maddonni (2019):
Cada nuevo montaje de fragmentos particulares que el productor visual ofrece nos devuelve una imagen que trasciende su perfil eucrónico para poner a disposición una nueva perspectiva del acontecimiento. ( p.10)
Montar y desmontar pueden ser entendidos como una forma de procedimiento generador de una multiplicidad de historias a fin de demostrar la complejidad heterogénea y discontinua de los tiempos que se conectan, interpenetran y reinterpretan a través de la unión de distintas piezas y elementos, interrumpiendo el curso “normal” de las cosas y dejando de esta forma florecer las paradojas a través de correlatos y anacronismo como vehículos de las mismas que se complementan o incluso se superponen. Sobre todo cuando en el presente del objeto resurge la duración de un pasado latente.
El montaje supone siguiendo a Walter Benjamin una constelación de sentidos marcando el camino hacia el significado mediante la lectura de la imagen y hacia el pasado a través de la memoria. Es decir, el pasado no cesa nunca, sino que se reconfigura, la imagen sucede desde una construcción de la memoria. (Didi-Huberman,2011. p. 32).
A partir de la recoleccion, seleccion de objetos y materiales y tomando el montaje como recurso para producir se realizaron una serie de fotos a modo de registro y 2 (Dos) videos sobre un fondo infinito (telon blanco) con estos objetos quebrados, transformados, reconstruidos y/o ensamblados con otros materiales y objetos.
Reforzando de esta manera la idea y concepto que se presenta en este trabajo sobre tiempo y quiebre. Este trabajo se basa en la relación que se establece entre los objetos desde el montaje de escenas ficcionales.
Valiéndose de la infuncionalidad de estos objetos como así también de las proyecciones y desapariciones de las mismas que se genera en el encuentro con con la luz natural/ solar al exterior en un momento determinado del día.
Por otra parte, estos videos están acompañados de sonidos que potencian y favorecen la construcción de dichas escenas las cuales le otorgan al público el poder de recodificar la realidad, a partir de la experiencia y de la memoria, siguiendo a Schaeffer (2012) podemos decir que las representaciones se adhieren entonces de alguna manera a lo que supone que representan, de modo que su estatuto representacional y por tanto también su naturaleza aspectual se tornan invisibles. La representación de lo real se identifica con lo real al mismo tiempo.
Consideraciones finales
Coyuntura De La Ausencia da cuenta de un proceso en la búsqueda de producir, indagar, representar y comunicar a partir del encuentro con estos objetos, elementos y materiales recolectados y seleccionados.
¿Qué pasa si los rompo, los quiebro o los transformo? ¿Dejan de existir o solo dejan de ser lo que eran? ¿Y si los reconstruyo?
Estas son algunas de las interrogaciones que se me presentaron al iniciar este trabajo, en el cual pretendí proyectar la idea de un tiempo pasado a partir de la acción de quebrar, pero que sin embargo puede reconstruirse en el presente a través de la memoria, la experiencia y la imaginación en el encuentro con aquel que observa, permitiendo de esta manera la multiplicidad de posibles paradojas, historias y lecturas.
Bibliografía
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Benjamin, W. (2005). Libro de los Pasajes. (pp.464). Akal.
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De Hipona, A. (2008) Confesiones, libro XII. En INDIJ, G. Sobre el tiempo. Buenos Aires, Argentina: La marca Editora.
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Didi-Huberman, G. (2011). Ante el tiempo. Buenos Aires: Adriana Hidalgo.
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Maddonni, A. (2019). En Fragmento y montaje en las artes visuales. Traslados, migraciones y anacronismos (pp. 10). Arte e Investigación (N.° 15).
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Pablo, L. (2017). El montaje, expresión del arte contemporáneo. En Materialidad. Una aproximación desde la práctica de taller (1.ª ed., p. 35). La Plata: Edulp.
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Schaeffer, J. (2012). Arte, objetos, ficción, cuerpo. (pp. 82-99) Buenos Aires: Biblos.
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Siracusano, G. (2008). Las entrañas del arte. En Las entrañas del arte: un relato material (s. XVII-XXI) (1.ª ed., p. 8). Buenos Aires: Fund. OSDE. Buenos Aires.
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Speranza, G. (2013). Liliana Porter : el hombre con el hacha y otras situaciones breves [Catálogo] . - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Fundación Eduardo F. Costantini, 2013.
Referencias de producciones artísticas
Porter, L. (2013). El hombre con el hacha [Instalación]. Buenos Aires, MALBA.